Por Helen Pérez Hernández
@helenperez08

Muchas veces, nuestro aspecto físico refleja lo que se oculta en el corazón. Nuestras inseguridades y miedos nos juegan malas pasadas, haciéndonos inconscientes de sus efectos en nuestro cuerpo y vida emocional.

Los motivos pueden ser la falta de afecto de un ser amado, estrés emocional, o la presión por encajar en estereotipos sociales. La sana alimentación y el ejercicio son claves para encender esa chispa de autoestima que tenemos apagada.

Crea una rutina de ejercicio de la mano de un profesional de la salud, aliméntate sanamente. Cuando inicies, notarás cambios en tu cuerpo. Con el tiempo, tu entorno percibirá esos cambios y preguntará “¿qué estás haciendo?”.

Ese “¿qué estás haciendo?” te motivará y llenará de orgullo.

Sin embargo muchos quieren ejercitarse, pero no hacen nada por comenzar. Debemos incorporar el ejercicio como un habito de vida, aprovechando las plataformas digitales que ofrecen rutinas gratuitas y desde la comodidad de nuestro hogar. Aprópiate de un espacio para ejercitarte, se creativo con los implementos, y comparte tu proceso con tus seres queridos.

No dejes que ese impulso inicial se apague. Los cambios duraderos se logran con esos minutos que le dedicas diariamente a tu cuerpo. Y recuerda mantén viva la chispa de la autoestima. ¡Anímate!